Inmarcesible
Cuántas veces hemos visto a los padres dedicándole atención
y cariño a una flor con el fin de que se mantenga sin marchitar el mayor tiempo
posible. Sí, el sueño de todos es una flor que permanezca eterna, perpetua,
imperecedera, es decir, inmarcesible.
De tal manera, el término inmarcesible hace
referencia a aquello que no se marchita, que permanece sin cambiar en el
tiempo. Pues bien, así como conocemos que la mayoría de las cosas llegan a su
fin, existen otras que se perseveran y mantienen por inmensos períodos, tal es
el caso del entusiasmo inmarcesible de algunos abuelos que
se les ve jugando inagotablemente con sus nietos y amigos, en los cuales los años
no han logrado marchitar su espíritu juvenil.
Este término tan utilizado en el mundo literario y culto nos
remite a la idea de una existencia inagotable y permite describir aquello que
simboliza perpetuidad. De este modo, la cosa que es incorruptible, por y en el
tiempo, durará para siempre. Dicha cosa, material o inmaterial, puede ser un
objeto como una estatua, que parecieran ser eternas, o algo más efímero como la
“gloria” tal como lo sugiere el primer verso del Himno Nacional de la República
de Colombia, el cual reza: “¡Oh, gloria inmarcesible!”
De igual manera, otros elementos parecen permanecer
inmarcesibles, como ocurre con la belleza de esas hermosas mujeres que
nunca deslucen y cuyo vigor perdura intacto en el tiempo. Así que si deseamos
que nuestros cuerpos permanezcan inmarcesibles, por lo menos por un aceptable
período de tiempo, debemos llevar una vida sana que incluya, tal como las
plantas, una hidratación equilibrada.
Ejemplos sobre los usos de este término:
“Este anillo que te entrego es inmarcesible, por ello
es símbolo de la perpetuidad de mi amor”
“La carta permaneció inmarcesible, escondida entre las
páginas del libro que fue su cofre.”
“El esfuerzo de esa organización por salvar los perros es inmarcesible”
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