Cuaresma
Ya se acercan los Carnavales, días de disfrute y de
liberación en los que se justifica el rompimiento de ciertas convenciones
sociales, incluso, la posibilidad de convertirnos en otras personas. Por
ello, los disfraces. ¿Has sentido alguna vez la necesidad de camuflarte con otra
identidad? Pues los Carnavales permiten que hagamos cosas que normalmente no
haríamos. ¿Te preguntarás por qué razón? Justamente porque los Carnavales constituyen el
estado previo a lo que se conoce tradicionalmente como la Cuaresma desde el punto
de vista de la cristiandad.
El
término proviene del latín “quadragesima” que significa “cuadragésimo día”
antes de la Pascua. Esta tradición data desde el siglo IV y supone que los
feligreses, después del júbilo y algarabía de los carnavales, se prepare espiritualmente
para el tiempo de la Pascua. Representa una especie de limpieza y
transformación interna de nuestra alma.
Se inicia con el conocido “Miércoles de ceniza”, celebración
litúrgica que entraña la imposición de una cruz con cenizas en la frente como
una forma de representar la “quema” de los pecados cometidos durante el año
anterior; y finaliza el Jueves Santo, después de la sagrada cena.
Si
deseas profundizar sobre este ritual te invito a que ingreses al siguiente
video:
El
número cuarenta que representa los días de la cuaresma posee un simbolismo
bastante peculiar dentro del cristianismo, ya que está
relacionado con los 40 días que duró el Diluvio universal, los 40 días que Jesús
vagó por el desierto, entre otros. Por ello, durante la Cuaresma, los feligreses
asumen una actitud de reflexión y penitencia en espera de las celebraciones pascuales.
Entre
algunas de las prácticas que se realizan durante la cuaresma se encuentran la
penitencia, el ayuno, no ingerir carne, pero, sobre todo, se concibe como un
ritual que permite el acercamiento con Dios.
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