Virus
Cuando escuchamos la
palabra virus, por lo general la relacionamos con un elemento tóxico e
incluso hasta venenoso, pues bien, este término sirve para designar a un agente
infeccioso más diminuto que una bacteria que se introduce en las células de un
organismo con el fin de producir copias de si mismo, utilizando para ello los
materiales que le roba a dicha célula.
Los virus
cuentan con la información genética para replicarse, pero no tienen la
energía para hacerlo por si solos, por ello, se introducen en una célula con el
fin de utilizar sus recursos para multiplicarse, es decir, para reproducirse a
expensas de estas células que invaden. De esta manera, infectan a su huésped
del mismo modo que ocurre con un parásito.
A su vez, los virus
son partículas sumamente diminutas, por tal razón, pueden infectar desde
bacterias, hongos y plantas hasta organismos más grandes como animales y
humanos. Actualmente los científicos aseguran que han existido y existen
millones de tipos diferentes de virus.
Los virus
son capaces de producir grandes epidemias como lo han sido la del sarampión o
el VIH Sida. La forma de contagio pude ser variada incluyendo de manera sexual,
por picadura de insecto y las que más preocupan, la de transmisión aérea o
respiratoria que llegan a mayor cantidad de seres que le servirían de huésped.
Si no deseas ser
víctima de algún virus la mejor forma de combatirlo es prevenir el contagio, es
decir, tomar las medidas de seguridad que nos permitan estar a salvo del mismo,
ya que si bien existen vacunas y antivirales con los que podemos ser tratados,
el contacto con algunos de estos podría ser mortal.
Ejemplos sobre el uso
del término:
“Al parecer, Raúl
adquirió un virus extraño en la playa y se ha sentido muy mal”
“María no ha venido a
trabajar pues parece que ha cogido un virus”
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