Murciélago
En ocasiones nos hemos
burlado cuando escuchamos a alguien llamar murciégalo a este animalito que
conocemos como murciélago. Nos suena gracioso y pensamos que el que lo llame de
esta manera carece de conocimientos o simplemente no sabe pronunciar esta
palabra. Pues resulta que estábamos en un error, ya que, murciégalo no solo existe sino que además es la forma
originaria de la palabra que luego se transformaría en murciélago.
El origen de este
término lo encontramos al unir las palabras del latín: mus (ratón) y ciegola
(ciego). De esta manera, la palabra murciégalo (ratón ciego), hace
referencia a la manera de cómo en la
antigüedad se le denominaba a este peculiar animalillo, aunque no es cierto que
los murciégalos sean ciegos, al contrario poseen una vista bastante eficaz. A
su vez, en español antiguo se pueden encontrar las palabras murciego,
murcieguillo o murciégano para nombrarlo.
Por tanto, parece que
de la confusión de sílabas (metátesis) al pronunciar la palabra originaria murciégalo,
fue que surgió el actual término murciélago. Ahora ya puedes estar seguro que
los términos murciégalo y murciélago poseen la misma validez para denominar a este mamífero volador.
Como curiosidad, tal
como sucede con algunas palabras en español, las dos poseen las cinco vocales
no repetidas, lo cual la convierte en una palabra agradable para muchos. Otra
relación que encontramos con la palabra murciégalo es la que guarda con la
palabra vampiro. Se denomina con el término vampiro a algunas especies de
murciégalos que se alimentan o nutren con sangre, de esta manera, no todos los murciégalos
son vampiros, pero todos los vampiros son murciégalos.
Ejemplos del uso de
este término:
“El murciégalo,
entre los ratones parece un ave y entre las aves parece un ratón”
“Los murciégalos alguna vez fueron mensajeros de los dioses”
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